Levantarse y resistir

Libro: Apotegmas en el desierto (2014)

Para cuando están mal quienes me hacen bien

A ver si nos entendemos, irreversibles
son la muerte o los segundos que huyen,
después todo asunto tiene su solución,
hay más aviones que cuestiones imposibles...
Comprendo que las tinieblas no solo destruyen
sino que los cristales se manchan de polución.

Esperar ateridos e inmóviles el granizo
divagando junto a los peores pensamientos
está lejos de ser lo ideal para no entregarnos;
se que la noche es terca y hace caso omiso
de los rayos del sol que está naciendo,
prefiere ser eterna y empeñarse en lastimarnos.

Los seres humanos deambulamos por la vida
con dolor de muelas en el centro exacto
de un malgastado corazón tan hecho añicos,
perdemos la elegancia y evitamos despedidas,
reímos si hay que ser serios, faltos de tacto,
de tantos golpes la otra mejilla es un abanico.

Y así vamos, sin ir, sin vivir, sin existir,
y para que...Demasiada rodilla en la nuca
para tan pocas ganas de levantarse y resistir.
Y así vamos, le damos la mano a la nostalgia,
el dolor en mayúsculas en la mente se acurruca
y a veces suenan roncos los consejos con otalgia.

Me molestan esas lágrimas que opacan las miradas,
aunque entiendo que nacen intentando expresar
desconsuelo por tanta jaula hecha de melancolía,
por la abundancia de preguntas sobre la almohada,
y se pone duro cuando no tengo claro como ayudar
a regresarlos de la mano al barrio de la alegría.

Ocurre que hay que sacar un turno a la espera
de milagros en este cambalache infame y usurero;
quiero creer que mientras tanto hay más para hacer
que poner en hilera las miserias, vaciar la heladera
o sentarse en un camino polvoriento sin amor ni suero,
el gol rival llega cuando nos acostumbramos a perder.

Quisiera la fórmula exacta para poder ayudarlos,
pero se que está en ustedes esforzarse por salir,
la tormenta se justifica solo cuando la calma
tras un tiempo de incertidumbre llega para abrazarlos,
sospecho que esta etapa a lo mejor deba existir
para que aprendan a escuchar las preguntas del alma.

Y así vamos, sin estar y con el celular apagado,
lo peor es que el enemigo igual nos puede localizar,
lo bueno es que este día pronto será parte del pasado...
Y así vamos, con la repulsión que genera el nuevo día,
sonríe el planeta y por acá atropella la humedad,
las huellas en la memoria acumulan a menudo estas sangrías...

Queda como único saldo algo positivo que vaivenes
como estos sirven como balanza de la verdadera amistad,
porque no es amigo solo el que ríe en los andenes
sino el que nos acompaña pisando espinas en la infelicidad.

Y así no vamos, se ponen las pilas, se reinventan las ganas,
¿Vivir? es un soplo la vida y veinte penas no son nada
si estamos hoy juntos para boxear a las malas mañanas.
Y así no continuamos, a primera hora del día que quieran
volvemos a soñar en voz alta y a reír juntos a carcajadas,
si el caso es matar la amargura yo inicio la balacera.

Me despido sin más, que les quede en claro que los quiero,
que son mis amigos y saben donde encontrarme, acá los espero...

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